El aceite de oliva es uno de los ingredientes más habituales en la dieta mediterránea. Está considerado como ‘oro líquido’ por los expertos ya que es capaz de proporcionar al organismo una gran variedad de grasas saludables que el cuerpo utiliza para muchos fines. Sin duda alguna, uno de los lugares en el que se produce de mayor calidad es en Córdoba. Calidad y sabor a partes iguales.
El aceite de oliva de Córdoba se caracteriza por tener una alta cantidad de ácido oleicos. Este, además, está distribuido en su estructura de forma óptima para la asimilación en el organismo, lo que hace que sea considerado como ideal para el consumo humano en una dieta equilibrada y saludable. También posee un fuerte sabor y un aroma inconfundible, propiedades prácticamente inexistentes en los demás tipos de aceites.
El nivel de ácidos grasos poliinsaturados, que son aquellos que acaban generando ‘colesterol malo’ y taponando las arterias, hace posible que incluso personas con problemas de hipertensión puedan y deban tomarla. Además, gracias a esta circunstancia, no se deteriora con facilidad, por lo que no hay que temer a que se enrarezca y sus propiedades queden afectadas.
No hay que olvidar que se extrae con procesos artesanales muy simples y naturales o, lo que es lo mismo, que no es sometida a procesos de refinado. Este es el motivo por el que tampoco tiene ácidos grasos ‘trans’, los cuales tienen gran presencia en los alimentos procesados y que son realmente perjudiciales para la salud.
El aceite de oliva también es el más indicado para los fritos. Está claro que no conviene abusar de este tipo de preparación de los alimentos ya que potencia los niveles de grasa, pero está claro que, con este aceite, sus perjuicios no son tantos. También hay que decir que soporta de forma fenomenal las altas temperaturas sin descomponerse, lo que le permite mantener su sabor, olor y textura sin problemas.
El aceite de oliva es también ideal para tratar infinidad de dolencias. Por ejemplo, se ha demostrado que protege el corazón y evita la aparición de enfermedades que afectan al aparato circulatorio. Es muy efectiva a la hora de regular los niveles de colesterol y reduce palpablemente el riesgo de sufrir arteriosclerosis. Impide que aparezca el estreñimiento y protege el hígado de la acción de los tóxicos.