El árbol del olivo ha sido una planta que ha estado ligada a la civilización humana desde la antigüedad. El aceite obtenido de sus frutos ha proporcionado excelentes beneficios en las artes culinarias, médicas y cosméticas. El uso del aceite de oliva formó parte de la vida cotidiana de diversas culturas ancestrales, siendo un elemento primordial en la cocina y en otros procedimientos importantes de la época.
El uso de este magnífico aceite es un poco incierto. Se cree que gran parte de las variedades actuales se originaron a partir del mestizaje e hibridaciones entre olivos africanos y orientales. Hibridaciones que pudieron surgir en la Edad de Cobre (4.000 a. C.), produciendo un fruto carnoso de buenas dimensiones. Este nuevo fruto y sus cualidades hicieron propicia la extracción de aceite mediante técnicas rudimentarias.
Diversos textos antiguos nombran en sus pasajes la importancia que poseía el árbol del olivo y su aceite durante la antigüedad. En el Antiguo Testamento se puede apreciar la importancia del aceite de oliva como ingrediente de los alimentos, además, brindaba combustible para las lámparas, ungüentos medicinales y de aseo personal, así como también formaba parte importante durante ceremonias. De igual manera, el Corán se refiere reiteradas veces al olivo como un producto de cualidades divinas.
Las civilizaciones griegas fueron las primeras en integrar el aceite de oliva a su vida cotidiana. Se tiene conocimiento que desde el 2.000 a. C. esta cultura producía el aceite de oliva en cantidades considerables. El cultivo del árbol del olivo era una práctica importante en esta cultura, en la cual la explotación sistemática se producía mediante huertos y molinos rudimentarios. Con el paso del tiempo, el uso de este magnífico aceite se extendió por todo el mediterráneo, siendo los romanos los encargados de difundir su uso y cultivo a través de la península ibérica.
La producción de aceite de oliva llevó durante años a la Hispania romana a ser una provincia próspera e importante para el Imperio romano. La importancia del cultivo del árbol del olivo ha transcendido hasta nuestros días, siendo en la actualidad el aceite de oliva virgen extra uno de los productos estrella de España.
En la Cooperativa Castil de Campos producimos aceite de oliva virgen extra desde hace más de sesenta años. Nuestras técnicas tradicionales y artesanales han fijado características únicas y especiales en nuestro aceite. La aceituna Picual es la variedad que da origen a nuestro aceite, la cual destaca por su color verde intenso y un amargor suave con pequeños destellos picantes. Estas cualidades son características importantes para un producto de calidad y excelencia, atributos primordiales que simbolizan a los aceites de oliva Castil de Campos.